- Exposición en el Museo Nacional Del Prado.
- Del 8 de octubre de 2013 al 9 de febrero de 2014.
Diego Rodríguez de Silva y
Velázquez, más conocido como Diego Velázquez es el protagonista de una de las
exposiciones del Museo Nacional Del Prado. La exposición se centra en la
actividad de Velázquez como retratista real en los últimos once años de su
vida.
Velázquez se fue a Italia donde
realizó una serie de retratos de la corte papal. Al ver el éxito que estaba
adquiriendo el rey Felipe IV hizo regresar al pintor a Madrid para que fuera el
retratista real.
Sólo alguien con el poder que
el rey tenía podía hacer volver a un pintor que estaba desarrollando una
fructuosa carrera en una de las cunas de la cultura occidental.
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Retrato de Felipe Próspero (1659) Vía Ciudad de la Pintura |
Tener en la corte a un pintor
como Velazquez era una muestra viva de poder por parte de la realeza. En una
época en la que no existían las cámaras poder hacer un retrato de alguien que
perdurara y pudiera exponerse era un gran avance solo al alcance de unos pocos.
Una muestra muy clara de este
poder es el retrato El Príncipe Felipe
Próspero (1659). Cuando por fin, la corona española tenía un heredero al
trono varón, toda la familia real quería ponerle cara al que pensaban que sería
el futuro rey de España. El retrato del pequeño mostraba tanto a la familia
como al pueblo al tan esperado heredero varón.
Además, el estilo de los
retratos ayudaba a reforzar el poder de la familia real. Las ropas, los
decorados, las poses e incluso las joyas mostraban el poder que los reyes de
España tenían.
La exposición Velázquez y la familia de Felipe IV es
una muestra más del poder que la pintura ha tenido a lo largo de toda la
historia. Sólo quienes podían permitírselo económicamente podían tener un
pintor para ellos, pero claro, el dinero siempre ha dado poder.
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